Varios estudios científicos confirman que la intuición de trabajar con animales y en especial con perros es un beneficioso recurso terapéutico que se puede usar con una amplia variedad de personas. Estos programas están muy difundidos y se centran en la diversidad: personas con problemas médicos específicos como sad o cáncer, personas con deficiencia física, sensorial, mental, motórica, con trastornos del desarrollo y otras. Los animales no tienen poder de curar, pero a través de su afecto, favorecen la relajación, la estabilidad y la serenidad de estas personas.
Es así como en el caso de personas con discapacidad física y sensorial un animal puede actuar como una parte de nosotros mismos en caso de pérdida accidental o congénita de sentidos, de extremidades o de funciones motrices. Estas personas ganan en autonomía, confianza y autoestima gracias a estos animales correctamente adiestrados, los cuales en su mayoría son perros. Algunos ejemplos son: Perros lazarillos o perros guía: la persona ciega obtiene ventajas físicas, sociales y psicológicas con ellos. Los ciegos que tienen perro ganan en movilidad y rapidez, se sienten más seguros, aumenta su confianza física, su vigor, y gozan de mayor autoestima.
Perros para sordos: están entrenados para alertar de determinados ruidos (bebé llorando, despertador, timbre de la puerta o del teléfono, sirenas mientras conduce, sonido del microondas, alarmas de incendios…).
Perros para epilepsia: están entrenados para alertar a su usuario o familiar cuando va a suceder un ataque epiléptico, pudiendo tomar medidas para que no se lesione el afectado.
Perros para diabéticos: entrenados para detectar los bajones bruscos de azúcar a través del aliento. Se utilizan en pacientes con una diabetes severa que puede provocar un coma diabético.
Personas con discapacidad psíquica, el papel de los animales de compañía en discapacidades psíquicas tiene una alta significación. Los niños y sus manifestaciones verbales, su postura y expresión, sirven para hacer comprensible el fenómeno. Cuando hay interacción, existe atracción, comunicación, influencia y conformidad.
Levinson argumenta esa interacción al referirse al animal como objeto mágico que excita al niño, hablando de tres condiciones del papel animal: Como objeto transaccional, mediador entre los terrores desconocidos de la realidad exterior y los desconocidos del mundo interior.
– Fuente de contacto físico, afecto y aceptación incondicional. Proporciona al niño un escenario para considerarse “rey y amo”, nunca desafiado. Los padres deben comprender que enseñar a un niño, con o sin discapacidad, a cuidar a un animal de compañía es similar a enseñarle a que realice todas las demás tareas de la vida diaria, como vestirse, comer solo, cepillarse los dientes, etc.
La responsabilidad hacia la mascota debe introducirse gradualmente, premiando al niño por el esfuerzo que realiza cuidándola. Una vez el domine y se sienta gratificado por su habilidad en el cuidado de la mascota, no sólo liberará a sus padres de la mayor parte de la responsabilidad de ese cuidado, en función de sus propias capacidades, sino que también se sentirá orgulloso de sus logros y de su propio valor.
Siete funciones principales de la Terapia Asistida por Animales de Compañía que pueden ayudar a cumplir toda una serie de objetivos educativos y terapéuticos según Jacobsen son:
– Proporciona soporte a niños, jóvenes, adultos y ancianos que están aislados físicamente, deprimidos, con trastornos emocionales, inseguros, ansiosos o que 23 tienen problemas de comunicación; o que padecen severas enfermedades mentales.
– Proporciona control a niños, jóvenes y adultos que demuestran un comportamiento agresivo, presentan problemas de conducta, etc.
– Proporciona aptitudes para la socialización de niños, jóvenes y adultos con y sin discapacidad mental y trastornos del desarrollo (autismo), para que mejoren las relaciones con sus iguales y otros, y aprendan habilidades sociales.
– Proporciona ayuda en la capacidad física a niños, jóvenes y adultos con discapacidad visual, auditiva y motórica.
– Proporciona ayuda en problemas de movilidad a niños, jóvenes y adultos que están confinados en la cama, padecen enfermedades degenerativas o de larga duración – Proporciona un entrenamiento para la responsabilidad a niños, jóvenes y adultos. – Proporciona motivación y contenido a la enseñanza de aptitudes académicas para personas hospitalizadas.