Huella de carbono es un indicador ambiental que pretende reflejar la totalidad de gases de efecto invernadero emitidos por efecto directo o indirecto de un individuo, organización, evento o producto. Actualmente, la mitad de la comida que se produce en el mundo, para personas y animales, es posible gracias al uso de los fertilizantes. Lamentablemente, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), hoy se pierden 4 hectáreas de tierras de cultivo por minuto en el mundo.
Sin duda, esto constituye una grave amenaza para la seguridad alimentaria de todos. Por eso, los suelos pueden nutrirse con fertilizantes orgánicos, cuando se encuentran disponibles en el suelo, pero también deben complementarse con fertilizantes minerales eficientes, a fin de mantener el contenido adecuado de elementos esenciales, que los cultivos necesitan para su correcto desarrollo.
En muchas ocasiones, los suelos presentan deficiencias de hasta un 85% en macro y micronutrientes, lo cual origina, en el caso de los seres humanos, problemas de crecimiento, debilidad muscular, osteoporosis y diabetes, entre otras enfermedades.
El sector agropecuario es responsable por el 23% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero (GEI). La ganadería origina un tercio de las mismas. Para enfrentar al crecimiento demográfico mundial, la agricultura debe ser eficiente y producir más alimentos, sin aumentar la superficie de tierra cultivable. En este sentido estamos matando nuestro planeta.
Huella de carbono y cambio climático
Podemos entonces hablar de Calentamiento Global, por el proceso en el que los GEI (gases de efecto invernadero, principalmente CO2), mayoritariamente procedente de la quema de combustibles fósiles, que se acumulan en la atmósfera y retienen parte del calor que emite la Tierra. Así de importante es conocer qué es exactamente la huella de carbono, y lo importante que es reducir la del ser humano al máximo, empezando por cada uno de nosotros en nuestra vida y hábitos diarios.
Huella de Carbono y su relacion aportes a la agroecologias.
El mundo está tomando más conciencia sobre la sostenibilidad del medio ambiente y muchas veces, los individuaos, a título personal, no tenemos la suficiente información como para hacer más cosas y profundizar en los procesos que nos pueden llevar a aumentar esa sostenibilidad,
Puede que no nos demos cuenta, pero en nuestra vida estamos haciendo cosas, o comprando productos y servicios que afectan a nuestra naturaleza. Si lo vemos más detenidamente, nos daremos cuenta de que el consumo define de una manera muy importante en qué tipo de ambiente social nos movemos.
Nuestros actos de compra no se deben reducir únicamente a satisfacer una necesidad, sino que debe regirse por una serie de puntos como son unos criterios medioambientales, sociales y económicos. Es cierto que, muchas veces nos resulta adquirir un producto que contenga todos esos puntos positivos, pero si, por lo menos, podremos apuntarnos a los que sean menos negativos.
- Es importante conocer las empresas que hay detrás de cada producto o servicio para ver su implicación en el respeto al medio ambiente o los derechos humanos.
- Educarnos y educar en el consumo ético, responsable y solidario.
- Decidirnos por un tipo de consumo: consumo justo, el que establece una relación comercial y justa entre los productores y consumidores.
Como se ve, apuntan a una implicación social para modificar aquellos hábitos que no respeten la sostenibilidad. Como el impacto ambiental, calcular huella ecológica para saber en qué situación estamos y qué debemos mejorar, cambiar o anular.