El clima incide en la actividad ganadera en forma directa al actuar sobre la fisiología productiva del animal (leche, carne, huevos, pelo, plumas) y en forma indirecta al afectar el desarrollo forrajero, la fluctuación de la población parasitaria, el microambiente de los establecimientos de resguardo de animales y almacenamiento de alimentos y el proceso de mercadeo de productos.
Los animales como los seres humanos pasan por el mismo proceso de adaptación con los cambios de temperatura. Si vamos a hablar sobre cómo afecta el frío al ganado tenemos que tener en cuenta que existen cinco variables meteorológicas que determinan el confort y ambiente térmico del animal; La temperatura ambiental, la radiación solar, la velocidad del viento, las precipitaciones y la humedad relativa. En este artículo nos centraremos en los temporales de frío.
Factores a tener en cuenta con los temporales de frío
Aunque resulte una obviedad, lo primero que debemos tener en cuenta es que los animales, necesitan mantener su temperatura corporal, por ejemplo: En el caso del ganado bovino, la temperatura corporal debe de estar entre 37,5 – 39,5ºC, el ganado equino, debe estar entre los 37º y 38ºC aunque puede variar 3º dependiendo de los factores ambientales. En relación al ganado porcino, normalmente se encuentra entre los 38 y 38,5ºC. Las aves como el pollo/gallina, su temperatura corporal oscila entre los 40,6 y 41,9ºC.
Estas temperaturas son las idóneas en la que se optimizan los procesos metabólicos (reacciones bioquímicas a nivel celular) y que no debemos de permitir que un temporal de frío las haga disminuir.
La alimentación del ganado en el frio
Durante la temporada de frío, los animales utilizan energía para poder mantener su temperatura corporal. Si no reciben la energía adecuada para esta función, se notará ya que no ganan peso o incluso van a perder pesos porque usarán energía para producir calor. Al hacer esto, los sistemas de defensa también se debilitan estando más propensos a enfermarse.
Por tal motivo, se debe aumentar la cantidad de calorías en la alimentación para brindarles soporte que ayude a mantener la temperatura y tasa de rendimiento. Para esto hay varias alternativas, las más comunes son: Dar más comidas por día, usar suplementos alimenticios. Dar alimento iniciador que contenga más energía.
Aunque coman más, no producen una cantidad mayor como se podría esperar. Pero al ingerir una cantidad mayor de alimento producen un depósito de grasa corporal subcutánea, lo que mejora su capacidad de aislamiento.
Por otro lado, también aumenta la tasa de pasaje del alimento (velocidad de paso en el tracto digestivo) lo que conlleva a una peor digestión. Cierto es que si el ganado se ha adaptado correctamente al clima invernal tiene una digestión más eficiente que aquel que no ha tenido la oportunidad de adaptarse.
El ganado también siente el frío
El cambio de estación con la llegada del frío y las lluvias no sólo afecta a las producciones vegetales, sino que también impacta el bienestar y la producción de los animales. El efecto más observable durante el invierno puede ser la falta o pérdida de calidad del alimento. Las bajas temperaturas más el nuevo horario suponen un trastorno en la vida y rutina de todos. Los animales, especialmente, los que viven al aire libre de forma parcial o total, sufren estas alteraciones y modificaciones en su comportamiento y metabolismo.
Los temporales con lluvias, fríos y fuertes vientos son un gran desafío para el ganadero. El contacto directo y continuo con el viento frío y las lluvias provocan catarros o enfermedades muy perjudiciales para las razas bovinas y ovinas.
¿Cómo proteger el ganado?
La solución es la creación de cobertizos o naves, para evitar que los animales al mojarse pierdan energía y minimicen el tiempo dedicadas a sus actividades diarias. Si el ganado no tiene un lugar para protegerse de las precipitaciones, esto provocara en los animales una falta de descanso y se refleja de forma negativa en la productividad de la ganadería. Por eso, es el momento de recoger al ganado. Además, que durante el invierno los animales necesitan comer más y elevar sus dosis de energía. Un buen aporte de nutrientes permitirá al ganado afrontar de mejor manera el periodo de adversidad. Te proponemos que adaptes tus instalaciones con jaulas, comederos y bebederos para tu ganado.
Manejo y cuidado de los vacunos en tiempos de frio
Los cuidados y atenciones que reciben los becerros y becerras durante su crecimiento tienen resultados a largo plazo. La crianza de becerras y vacas sanas es el éxito de la lechería porque se convertirán en vacas productivas.
En temporada de clima frío los becerros necesitan más cuidados para poder mantener su salud y ritmo de crecimiento. Debemos empezar por aclarar qué temperatura significa frío los becerros. Los becerros comienzan a mostrar signos de frío cuando la temperatura en el ambiente está por debajo de los 60 F (15° C). Becerros recién nacidos son más delicados porque están húmedos y esto les puede afectar de manera muy grave cuando hay baja temperatura ambiental.
Una estrategia muy útil para becerros muy jóvenes o recién nacidos es usar chamarras protectoras limpias y secas. Se recomienda lavar y secar las chamarras cuando se cambian de un becerro a otro para prevenir la dispersión de enfermedades. Los becerros recién nacidos se deben colocar en un lugar limpio, seco y libre de corrientes de aire para evitar enfriamiento.