Existen diferentes definiciones para turismo ecuestre, pero puede definirse como una combinación entre la afición por montar a caballo, el deseo de cabalgar en la naturaleza y el interés de conocer lugares (otras provincias, otros países u otros continentes), para poder llegar a lugares especiales y únicos, a los que sólo podemos llegar a caballo. Todo esto con el toque de aventura que da el dormir en campamentos, atravesar ríos y recorrer desfiladeros estrechos en la montaña.
Paseos a caballos por exóticas playas
Una de las propuestas más comunes dentro de esta actividad son las rutas a caballo, en las cuales los turistas transitan por playas durante al menos una semana. Puede ser que no sea junto al agua porque influyen factores como la marea o la arena, pero se hace lo más próximo al agua y se pueden practicar emocionantes galopes incluso dentro de aguas bajas que hacen de esta experiencia un paseo inédito e inolvidable.
Rutas ecuestres con campamentos
Estos son principalmente viajes a caballo que pueden llevar más de cuatro días, generalmente a lugares donde no hay servicios de hotelería se debe vivir en campamentos constituidos por carpas de diversos tipos; para estos casos se debe contar con equipos añadidos, como sacos de dormir, elementos de higiene personal, ropa adecuada y además estar en cierto estado físico para resistir varios días de camino.
Por supuesto que estos campamentos disponen de más o menos comodidades, dependiendo de cada prestador del servicio. Si bien se puede pasar alguna incomodidad por el campamento, ésta es recompensada por el contenido de aventura y la experiencia de despertar en contacto directo con la naturaleza, que le da un toque mágico al viaje.
Turismo Ecuestre en Ranchos de huéspedes o en Estancias
En estos viajes el huésped permanece en un centro ecuestre o un rancho tipos a los de EEUU o una estancia de Argentina donde se le asigna una habitación y las salidas a caballo tiene forma de estrella (algunos los designan producto estrella) pues se sale del centro y se vuelve a él, variando las direcciones de salida cada día.
Es un viaje más relajado pues se puede disponer de medias jornadas libres para hacer otras actividades en el rancho o estancia, tales como ver experiencias de movimiento de ganado o prácticas que se realizan con este, leer en un lugar apacible, jugar tenis o recorrer la zona cercana al rancho o estancia. Además varios de estos productos se prestan para pasar las vacaciones ecuestres con la familia y los niños.